lunes, 15 de marzo de 2010

ANDREA

En Manchatan hay viejas historias de amor. Historias como la de Andrea, una mujer enamorada desde la infancia de Remedios, su mejor amiga, su compañera, su confidente y más tarde, al culminar la adolescencia, su amante. La relación en un pueblo de 6.000 habitantes y en el marco de los años 1950, no pasó inadvertida a pesar de que siempre se mantuvo en secreto y ambas fueron todo lo discretas que el amor permite ser.

Los padres de Remedios le buscaron un marido para intentar alejarla de aquella “mala influencia” y lo encontraron con bastante rapidez. La dote y el capital de los padres de la novia, fueron uno de los principales atractivos. Y no es que Remedios no fuera bonita, que lo era, pero los rumores, en un pueblo donde las noticias tardaban un máximo de 2 horas en recorrerlo, habían empañado la imagen de la joven. Nadie las había visto jamás en una actitud que les hiciera suponer que mantenían una relación amorosa, pero ya se sabe “cuando el río suena…” y eso era suficiente para darlo por hecho. El caso es que el novio aceptó la proposición y en un mes estuvieron ante el altar y ante todo el pueblo, diciéndose el “si quiero” de rigor.

En aquellos años, los novios no pasaban la noche de bodas en un hotel, por otra parte en el pueblo no había ninguno, ni siquiera una casa de huéspedes, ni una pensión. Tampoco se hacía viaje de luna de miel, solo los más adinerados y con una cierta dosis de fantasía, se permitían un par de días en la capital. Este no fue el caso de Remedios y su marido. Ellos pasaron la noche en la casa que el padre de ella les había regalado para que iniciaran su vida en común.

Nadie supo nunca qué pasó aquella noche, ni qué palabras se cruzaron entre ambos, pero lo que quedó claro es que aquello de marido y mujer, solo fueron palabras que pronunció el cura y que se quedaron resonando en el ámbito de la iglesia, sin que nunca lograran salir de allí.

Al día siguiente, a eso de mediodía, cuando las calles eran recorridas por buena parte de los habitantes y las paradas a saludar y comentar lo último sucedido, eran tan frecuentes que se podían tardar sus buenos 10 minutos en recorrer una calle de unos 50 números, Andrea, cargando con una maleta en cada mano, recorrió la distancia que separaba su casa de la que ahora era la de Remedios, se paró ante la puerta, dejó las maletas en el suelo y dio un buen par de golpes con el aldabón, que resonaron en toda la calle,  llamando tanto como a los que estaban en el interior, como a los que por allí pasaban. La puerta se abrió, Remedios se asomó y, tomando una de las maletas, se hizo a un lado y dejó pasar a Andrea.

Se empezó a decir que Remedios había tenido dos bodas, una ante el pueblo y otra ante los suficientes testigos como para que todo Manchatan se enterara en un brevísimo espacio de tiempo, vamos, como si también hubiera sido publicada en la puerta de la iglesia junto con las amonestaciones de la otra, la oficial.

Hay que decir, que nunca nadie vio cruzar ni media palabra entre Andrea y el marido de Remedios. Públicamente se ignoraban. El marido se cruzaba de acera cuando la veía venir por la calle. Ella continuaba por su camino, un punto desafiante y si el encuentro se había hecho inevitable, ambos miraban al aire que los separaba como si el otro fuera humo. No se sabe qué era lo que sucedía en el interior del hogar, aunque mucho se hablaba de ello en todos los corrillos que se formaban en la plaza. Nadie, ni los vecinos ni los que por la puerta de su casa discurrían, les escuchó jamás discutir, nunca se oyeron gritos ni se supo de amenazas, tanto públicas como privadas.
Continuará...


4 comentarios:

Unknown dijo...

Querida Borondón: esperamos ansiosas la continuación de la historia de Andrea que, como dices, comenzó hace mucho tiempo. Conozco a alguna "andrea" del siglo XXI, que por el hecho de no ajustarse a lo que marca y dicta lo social, se encuentra ahora mismo en el conflicto de continuar con sus principios o ceñirse a lo que le mandan. Someter los sentimientos en el siglo XXI, tal y como se hizo en esos años todavía oscuros de nuestra historia más reciente... qué triste, qué poco hemos avanzado.

Mucho ánimo en esta aventura. Y me alegro enormemente de que hayas decidido dar rienda a tu imaginación en estas líneas. Un abrazo fuerte.

Marián dijo...

Tengo la continuación lista pero hay circunstancias que, de momento, me impiden publicarla. Parece ser que es demasiado similar a una historia real, suponen que no es producto de esa imaginación a la que tu aludes. Veremos cómo lo resuelvo.
Abrazos

KALMA dijo...

Hola! ¡Esta entrada ya la había comentado! Se ve que no di a la tecla. Sabes, es una gran historia, con una base tan real ¡No se puede vetar el amor! Los sentimientos fluyen. No me puedo creer con la cantidad de "plagio" que hay que "te den por culo con la pelotita", bueno, que espero tú siguiente entrega.
Besotes.

KALMA dijo...
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